¿Qué diría...
Ideas de ayer en nuestro mísero hoy
lunes, 4 de noviembre 2019
"Hablemos de sangre",
por Montserrat Quiroz
Porque nunca se tiene suficiente de los tapatíos, la increíble y profunda pluma de Montse Quiroz -la chica mística-, hace hoy escala en Peri(patéticos) para hablar de la sangre más importante de todas, ¡Hablemos de la menstruación!
"...La sangre menstrual es la única fuente de sangre
no inducida de manera traumática.
Aun así, en nuestra moderna sociedad, es la sangre
que más se esconde, de la que se habla con rareza
y la que casi nunca se ve..."
—"Women are tired of the ways men bleed", de Judy Grahn.
Ha llegado el momento de desenterrar la dignidad femenina. Hablemos de eso que nos incomoda y empecemos llamándole por su nombre a la sangre más importante: menstruación. Bien dicen que aquello que no se nombra no existe, y nosotros le hemos establecido miles de apodos y códigos para referirnos a nuestra sangre con el fin de evitar que no se nos juzgue. Desde niñas se nos enseña a secretear para evitar murmuraciones, hemos heredado la vergüenza y el tabú de ser mujer.
Los medios de comunicación tratan de censurar nuestra fertilidad, hasta los productos de higiene femeninos evitan representar el color de la vida: rojo carmín, como si fuésemos de sangre azul.
Sabemos que la religión ha tenido una influencia grande en nuestra cultura, pues tanto en el Corán como en la Biblia podemos encontrar textos que tratan de informar a los hombres sobre los peligros de convivir con una mujer que menstrúa. Es difícil aceptar que hasta la fecha perpetuamos un gran porcentaje de estos tabúes debido a nuestra ignorancia:
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“Cuando a una mujer le llegue su menstruación, quedará impura… Todo el que la toque quedará impuro hasta el anochecer… deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer.” Levítico 15
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''El contacto con [la sangre menstrual] agria el vino fresco, los cultivos que entran en contacto con ella se vuelven estériles, los injertos mueren, las semillas se secan en los jardines, los frutos se caen de los árboles, el acero se desafila y el brillo del marfil se opaca, las colmenas de abejas mueren y un hedor espantoso enrarece el aire. Al probarla, los perros enloquecen y su mordida transmite un veneno incurable.” Naturalis Historia - Plinio el Viejo
A nuestras tatarabuelas les tocó ocultarse de cualquier sembradío para no esterilizar las semillas, se consideraba pecaminoso entrar a una iglesia durante el período menstrual, se apartaba a la mujer para restringirle acceso al mundo. La menstruación era vista como un veneno.
Hoy en día a las mujeres se nos trata distinto al menstruar, cada mes se presenta el reto de no ser la típica mujer hormonal. No puede existir rastro de vulnerabilidad durante este período, ya que se le tachará de inestable o neurótica aquella mujer que padezca de su ciclo menstrual. Sin duda alguna nos seguimos refiriendo a la menstruación como un mal, una enfermedad de la cual no se puede escapar. Lejos de reconocer que sin menstruación no habría vida.
Es nuestro deber representar a la menstruación con integridad, se lo debemos a las futuras generaciones. Brindemos apoyo moral a niñas y jovencitas, que sepan que su inocencia sigue intacta. Menstruar es natural y ninguna mujer debe sentir que es impura por liberar la sangre de la vida. Dejemos de censurar la menstruación, que de sangre se han teñido las calles muchas veces y nadie hizo nada por ocultarnos aquello producto de la violencia.
Glorifiquemos nuestra naturaleza, es momento de honrar al cuerpo.
Hablemos de sangre y dejemos de ser mujeres en el silencio.