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de los nuestros

Dicho por uno y escuchado por todos

lunes, 30 de septiembre 2019

De dónde eres, a dónde vas. Sobre "Sutra del vagón",  

de Román Villalobos

Román Villalobos tiene ya un lugar en los corazones de los lectores laguenses y del más allá. En esta ocasión regresa al mundo de la poesía para entregarnos directamente en las manos el palpitante corazón de aquellos valientes que, en sus palabras, buscan un norte, un sur, la brújula interna, rota. Hoy, en exclusiva para Peripatéticos y desde el mismísimo Jardín de San Felipe, Román nos comparte un poco sobre su próximo lanzamiento: Sutra del vagón. ¡Que no se pase el tren!

XIX

trato de arrancar de tajo  la sangre de

                  mi hija 


en mis días tirada en la montaña

trato de poner la piel de mi hija

en los contornos de mujeres en el

               trabajo

de un país que no nace de mí ni yo

             de él y que es sin embargo mi

             soporte

XX

en este país que no es mi casa pero

            me tolera

dicen que la lástima no es para los

            desconocidos

que vuelva a casa   que esconda la

            sangre de mi hija en secreto

en venas mías

de "Primera parte: pareados", en Sutra del vagón.

PERIPATÉTICOS: Román, ¿Cuándo te incursionaste en el mundo de la poesía?

ROMÁN: Fue hace relativamente poco cuando comencé a hacerlo más en serio, cuando estaba tal vez en la universidad. Y de ahí pa’l real ha sido un viaje muy divertido, lleno también de muchas frustraciones. Son pocos años, pero muy llenos de rocanrol y aventuras.

PERIPATÉTICOS: De tus varios títulos publicados, ¿cuál disfrutaste más escribiendo?

ROMÁN: Actualmente llevo cuatro libros lanzados individualmente y dos que son colectivos. De todos ellos quizá el que más disfruté fue el primero, “Pequeña ciudad eléctrica” con la editorial Montea. Fue un proceso muy largo, de varios años de estar recopilando y escribiendo, pero fue muy entretenido, sobre todo la publicación y las presentaciones: fue como de verdad andar de gira porque lo llevé a cuatro ciudades diferentes incluyendo Lagos. Y también recuerdo que fue bastante divertido publicar “john lurie, outside forever” con Broken English, porque de la noche a la mañana me avisaron que el libro estaba listo y porque esa editorial hace de todo y lo hace bastante bien, sobre todo memes.

 

PERIPATÉTICOS: Nosotras te conocimos con “Pieza de paso”, una antología poética publicada por la misma editorial que ahora publica “Sutra del vagón” cuando aún eras estudiante de humanidades, y por ello ese libro forma parte de la Colección Libélula. Ahora que incursionas en la Colección de Literatura como único autor de Sutra, ¿los sentimientos por publicar fueron los mismos con relación en tu obra colectiva y ésta?

ROMÁN: No porque “Pieza de paso” fue como el parto, el estreno de todos nosotros: los cuatro chicos involucrados estábamos súper expectantes y nerviosos, como de qué va a pasar, qué vamos a hacer. Entonces fue un proceso mucho más largo y misterioso. Y fue también muy emocionante el momento de ver el libro ya publicado y las primeras presentaciones, como que es un parto del que todavía no nos recuperamos del todo, de ese primer trancazo. Y en este caso, con “Sutra del vagón” digamos que ya tengo un poquito más de callo, ya me lo puedo creer un poquito con más calma. Pero igual sigue siendo emocionante todo el proceso de enviarlo, de ir viendo las portadas y los interiores.

 

PERIPATÉTICOS: Y bien, ahora sí, ¿de qué se trata Sutra?

ROMÁN: Fue un proyecto con el que participé primero en el Programa de Estímulos para la Creación y el Desarrollo de Jalisco en 2017. Fue, como casi todas las ideas de los libros que escribo, algo bastante fortuito. Yo quería el apoyo y ver que podía hacerlo. Estaba pensando ¿de qué voy a hablar? ¿qué voy a escribir?

En algún momento me encontré con un migrante que estaba pidiendo una ayuda en la calle Testerazo aquí en Lagos de Moreno -que por cierto es el nombre de una de las secciones del libro- y como de repente cuando se me da la gana soy medio extrovertido, le saqué plática: qué onda, de dónde eres, a dónde vas.

Y estuvimos platicando un buen rato, él también se interesó en mí y me preguntó: ¿a qué te dedicas? Le dije que escribo poesía. Y me dice oye, deberías escribir en algún momento de esto, de los migrantes, porque es una historia difícil. Después fue el posterior desarrollo.

 

Entonces, “Sutradel vagón” es en pocas palabras un libro sobre el discurso de los migrantes, el discruso en sí: no tanto sobre las personas y sus casos particulares, sino sobre la historia que ellos viven, que ésta brillara por sí misma. Fue un año muy largo de estar buscando a los migrantes por las calles de esta ciudad para tener pequeñas y furtivas entrevistas con ellos y que me dejaran algo, alguna imagen o alguna huella de su pasar por aquí, del porqué de su viaje y demás. Sutra es un discurso sobre ese drama, esa historia tan cruel que tienen que vivir. Mi intención siempre fue simplemente decirle a la gente: mira, éste es un poco, ésta es una versión de lo que ellos viven y te la dejo, haz lo que quieras con ello. El epígrafe es de Jack Kerouac y dice “cuando hayas entendido estas escrituras, destrúyelas. Si no las entendiste, destrúyelas también”. Entonces, para mí es un haz lo que quieras con esto, pero ve que es una realidad que existe.

 

PERIPATÉTICOS: Y tú, siendo mexicano, ¿cómo te involucraste, cómo hiciste tuyos esos sentimientos que plasmas en tu poesía?

ROMÁN: Fue algo muy curioso porque el proceso fue tortuoso en la parte emocional, porque me llevó a cuestionarme mi lugar como ser humano, como mexicano, como ser vivo. Qué estoy haciendo, cuál es mi lugar en la vida. Y al final había muchas partes que te arrancaban, que te despertaban esa empatía. Por ejemplo, recuerdo mucho una conversación que tuve con uno de ellos en la que él me decía: ¿sabes qué? Tu país me confunde, me confunde mucho. Porque aquí he encontrado a la gente más hermosa, más dulce y más amable que he conocido, que te extienden la mano y te invitan a comer. Y al mismo tiempo he conocido a la gente más mierda, la gente más basura que te insultan, te gritan, te dicen cosas racistas. Y a final de cuentas la conclusión para mí fue muy franca: ellos son seres humanos que ni siquiera están pidiendo nada, sólo que los dejes ser, que los dejes pasar y seguir con su camino que de por sí ya es difícil. Un poco de ayuda no viene mal y creo que hasta ahí.

 

PERIPATÉTICOS: Finalmente, y esto nos lo explicas en la sinopsis misma del libro pero, ¿por qué el título “Sutra del vagón”?

ROMÁN: Cuando empecé a diseñar el proyecto estaba muy clavado con las religiones orientales, en especial con el budismo, y en ésta los textos sagrados son los sutras: sutra es una palabra que se traduce más que nada en discurso –discurso del diamante, del loto, de la flor y demás–. Y eso es lo que yo buscaba al momento de escribir, un discurso. Me gustaba también la imagen del vagón como una especie de caja de resonancia, como un medio en el cual uno puede hacer llegar ciertas cosas y al mismo tiempo trasladarse. Quería eso, que fuera el contenedor de un mensaje sin meterme demasiado en la imaginería de las religiones ni nada. Simplemente quería basarme un poquito en la forma, en la idea de lo que es un sutra y tomarlo como una vía para que la gente pudiera acceder a ello y no más. Creo que por ese lado me ayudó mucho leer a Kerouac en esa época, porque él era un católico formado que se interesó en el budismo y en ese sentido también era muy respetuoso en la idea de esto no es mío pero lo puedo usar para hacerte llegar un mensaje. Es eso, la vocación de querer hacer llegar algo a los demás.

¡No te quedes sin leer la poesía de Román en "Sutra del vagón", próximo a publicarse por la Editorial CULagos!

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