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Falacias con tres gramos de verdad

ni tan cierto

martes, 15 de octubre 2019

"Falsas paternidades",  

Jugar "teléfono descompuesto" es algo sencillísimo: tomas algo que se escuche bonito y lo sueltas, sin más, al mundo. Pero, ¿si está el renombre de personalidades importantísimas en juego? ¡A ellos también les pasa! Quédate y (des)infórmate sobre cinco de las frases célebres falsamente atribuidas a lo largo de la historia. ¡No les creas!

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«Ladran, Sancho, señal que cabalgamos»

1.

La frase se ha citado en numerosas ocasiones como parte de El Quijote, de Miguel de Cervantes. No obstante, no aparece en ninguna parte de la genial obra. Se ha querido ver su origen en el poema “Labrador”, del alemán Goethe, que data de 1808 y, en un momento, dice: “Pero sus estridentes ladridos / sólo son señal de que cabalgamos”. La adición del nombre de Sancho y su consecuente relación con El Quijote debió producirse por error en algún momento de la primera mitad del siglo XX. También se ha pensado que la frase puede ser una forma evolucionada del proverbio árabe que reza: “Los perros ladran, la caravana pasa”, muy conocido en la España medieval. Su popularización, a pesar de ser una sentencia completamente falsa, está completamente extendida, y a ello ha contribuido la versión cinematográfica de Orson Wells. Eso pasa por intentar hacer películas de El Quijote.

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2.

«No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo»

La afirmación ha sido mil y una veces atribuida a Voltaire. Sin embargo, nadie ha sido capaz de hallarla en ninguno de sus textos, y tampoco se ha conocido ninguna alusión que pudiera relacionar la frase con el ilustrado francés. La primera aparición del enunciado aparece en el libro The Friends of Voltaire, escrito por Beatrice Hall. Pero son 200 años los que separan al francés de esta escritora, por lo que la certeza de que la cita sea verdadera tal y como aparece entrecomillada es muy escasa.

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3.

«Y sin embargo, se mueve»

Esta es la frase que todo el mundo recuerda y que, por tradición, se ha atribuido siempre a Galileo Galilei, quien la habría pronunciado después de abjurar de la visión heliocéntrica del mundo ante el tribunal de la Inquisición. En realidad, Galileo nunca pronunció esa frase. Fue inventada por el escritor italiano Giuseppe Baretti en el 1757, con el objetivo de crear la imagen de una Iglesia oscurantista incapaz de abrirse a nuevos descubrimientos científicos. Así lo pone de relieve Adriano Ausilio, apasionado lector y estudioso de filosofía, quien con ahínco se dedica a cazar engaños literarios de todo tipo, en especial las atribuciones inexactas o falsas de frases célebres.

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4.

«El fin justifica los medios»

Esta conocida frase es comúnmente atribuida al filósofo, escritor y estadista italiano Maquiavelo. Pero lo cierto es que esta popular máxima no existe literalmente en el famoso tratado político del autor italiano titulado El Príncipe, de 1513. Sin embargo, se da por buena por considerarse equivalentes otras consideraciones mencionadas en el libro, como "haga, pues, el príncipe todo lo necesario para obtener y conservar el Estado, y los medios que utilice siempre serán juzgados honorables y alabados por todos". Según recoge Wikiquote, también se considera equivalente a otra referencia en El Príncipe, pero en un comentario de Napoleón Bonaparte que reza "¿Qué importa el camino, con tal de que se llegue?", en el capítulo VIII.

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5.

«Conócete a ti mismo»

Falsamente atribuida al filósofo y pensador griego Sócrates. Los historiadores la relacionan con el Oráculo de Delfos, donde se dice que la inscripción se encontraba en la entrada al lugar de consulta a los dioses en el templo sagrado dedicado, principalmente, al dios Apolo.

¡Fuimos embarajiñados!

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